Cal Pallerola está en la cima de una enorme roca, bajo la cual yacen el huerto y los prados de ribera.
La casa nos acoge con la “era” y los antiguos pajares: uno es un gran espacio para descansar y jugar a ping-pong, el otro una completa cocina de verano con barbacoa y espacio para disfrutar de comidas con buenas vistas. El “Coniller” donde el abuelo tenia los conejos es ahora un espacio de juegos donde los niños trepan por la cabaña, y la terraza desde donde los padres los pueden vigilar mientras charlan.
La Verneda, alojamiento para dos o tres familias, es la sólida base de la casa que nos invita con el gran salón con mesa catalana y la «eixida», terraza con el mismo banco donde generaciones han pasado ratos de silencios o jolgorios mientras contemplan los prados y los chopos.
El pasado nos atrapa viendo en antiguo horno donde ahora está la cocina, y la artesa, donde se amasaba el pan.
La Verneda consta de tres habitaciones, una doble y dos triples, una de las cuales era la antigua despensa. Cada una con su propia identidad.
La Serra, con entrada independiente a levante, nos eleva para apreciar aún mejor el verde de los prados y el remor de los chopos. Entramos y encontramos un acogedor y amplio salón-comedor con la cocina abierta. El suelo de tarima caldea las paredes de piedra y color. Nos acoge en dos habitaciones dobles y una individual, con un amplio baño.
El entorno es, junto a la aldea de Montergull, un espacio para caminar, correr o ir bici. El río de Lavansa está al lado, y el bosque al otro lado del río. En la ladera norte sube un sendero que atraviesa el robledal hacia Sant Jaume, ermita románica, a sólo un cuarto de hora.